Los infiernos ocupan un prestigioso lugar en la cadena pirenaica, suponen una de las puertas de entrada hacia la barrera de los tresmil desde el Atlántico, y a demás, una ventana hacia el pasado, donde podremos apreciar las fuerzas de la naturaleza. Sus marmoleras y cambios de roca tan repentinos, reflejan las presiones a las que estuvieron sometidas estos suelos hace miles de años.
A nivel deportivo y paisajístico son también una maravilla, especialmente el encadenamiento de toda la cresta que une el Collado de Infiernos con el Arnales. Trepadas fáciles, funambulismos y un pequeño rápel son las principales atracciones de este recorrido y todo ello, amenizado por el enorme horizonte que se divisa en todas direcciones.
La travesía se puede repartir en dos jornadas, durmiendo en el Refugio de Bachimaña, donde encontraremos todas las comodidades y Martín, Oscar, Segis, Pepe o Jose Angel nos harán sentir como en casa.
Ahí os dejo unas fotos de este domingo 24 de Mayo, acompañando a Montse, moviéndose como pez en el agua sobre este Infierno tan cerca del cielo.
Un saludo y a por la próxima!
