Este año, tras varias escaladas en el pasado, a Olaia le ha tocado dar el gran salto: ORDESA.
Después de haber hecho varias de las clásicas del valle de Tena, como la cresta del Diablo, la Pirineos con Fronteras, el Puro en RIGLOS, etc. Ya era hora de meternos en el mundo vertical del Tozal del Mallo.
Tras un día de calentamiento en el DIEDRO DE HOZ, nos fuimos a disfrutar de una de las grandes obras de los RAVIER al Tozal.
Una maravilla, como siempre. Tanto por el hecho de ser el estreno de Olaia en estas paredes como para mí, que siempre es una ilusión enorme el poder guiar en Ordesa.