Esta vez sí que hubo más suerte. Parece que Juan trajo el buen tiempo desde Madrid y conseguimos cumplir todo lo previsto:
Aclimatación en el refugio Torino, haciendo la travesía de las Aiguilles Marbrées, la Aiguille de Toule y la Petit Flambeau.
Después, nos pusimos rumbo al Mont Blanc, con un sabor un tanto especial: durmiendo en tienda de campaña y partiendo caminando desde Bellevue, lo que suma dificultad al recorrido.Esta vez, nada se interpuso, y pudimos vivir juntos la magia del amanecer en el techo de los Alpes.Enhorabuena Juan!!